8ª JORNADA - De 3 en 3

Viernes 20
En esta jornada en que se cruzaba el meridiano de la primera vuelta recibíamos en el Palacio de los Deportes al recién ascendido Gestesa Guadalajara, posiblemente el más modesto de los equipos de esta, cada día más potente, división de honor, y que cuenta con el único objetivo de lograr la permanencia, objetivo que, dicho sea de paso, se está poniendo casi al mismísimo precio del tomate o del metro cuadrado, tal y como andan de igualadas las fuerzas a lo largo y ancho de la geografía del fútbol sala nacional.

A priori y en teoría, calibrando el potencial de ambos equipos, la victoria de El Pozo era incuestionable -un uno fijo en la quiniela-, por muchos tópicos que quisieran emplearse en el prepartido, como que no hay enemigo pequeño (que es verdad), que en la pista son cinco contra cinco (que es verdad) o que los partidos hay que jugarlos en la pista y que no acaban hasta que suena la bocina final (otra verdad indudable). Más por todo ello, y por el respeto que se le debe a cualquier contrincante, El Pozo Murcia, más "Murcia" que nunca, salió dispuesto a sentenciar el choque desde el principio.

He dicho lo de "más Murcia que nunca", porque Duda puso de inicio a los dos canteranos con que cuenta en la plantilla: al ciezano Juanjo bajo los palos (como no podría ser de otra manera, que para algo fue el mejor cancerbero del pasado año) y al vivísimo y avispado Raúl, que comenzó a rondar la portería contraria desde el pitido inicial y no cejó en su empeño hasta que consiguió, muy merecidamente, y tras endulzada y ágil combinación ofensiva de todo el equipo, abrir la lata alcarreña. Junto a ellos, compartieron titularidad Mauricio (también procedente del filial aunque de orígenes más exóticos), Vinicius y mister Boned, esa especie de guardián interestelar de la seguridad de nuestro equipo con licencia para ordenar.

El luso Joel, que no goza del beneplácito de algún "entendido" de los medios de comunicación radiados, pero que si cuenta con nuestro cariño por su constante sacrificio y entrega, puso a renglón seguido el 2-0 aprovechando la candidez de la defensa del Gestesa que no tuvo en cuenta la máxima que emplean las defensas experimentadas y contundentes (tipo Interviu), consistente en la sencilla práctica de lanzar el esférico fuera de los límites del campo si se presiente o intuye peligro inminente ante la presión del rival. Filigranas en defensa, las justas.

Con el 2-0 en el minuto 7, la situación empezaba a aclararse. Todo estaba bajo control, nos divertíamos en el campo y en la grada. Y cometimos el primer error al dar por ingresados en nuestra cuenta de puntos los 3 correspondientes a esta fácil victoria sin comprobar el extracto. Porque el Gestesa Guadalajara no había venido sólo a pasearse. En un arranque de orgullo y buen toque, se pusieron las pilas y fabricaron un par de ocasiones consecutivas, la primera de las cuales se convirtió en un bonito gol, tras contundente disparo de Edigleuson. La otra, con intervención favorable de los dioses del azar que tan esquivos suelen mostrarse, acabó deshaciéndose tras golpear en el palo derecho de nuestra portería.

Desde ahí al final de la primera mitad, con estos avisos, volvieron a igualarse las fuerzas. Recuperamos el dominio, pero no ese mínimo colchón de dos goles que suele transmitir mayor tranquilidad; todos los intentos fueron infructuosos, hasta que, a falta de 5 segundos para el descanso, y tras un par de saques de esquina en tan reducido márgen, Fran Serrejón "de Córdoba", el gran capitán, explotando uno de esos recursos de los que habitualmente no hacemos uso, consistente en aguardar, cual palomero, en el desguarnecido segundo palo, dió la mejor puntilla que podríamos haber imaginado a la primera parte, haciendo el tercero.

Si al brillante final del primer período sumamos el comienzo goleador de la segunda parte, con el inicial gol de Wilde (21') y el posterior de Vinicius (28'), al transformar una pena máxima por derribo sobre Álvaro, la situación era propicia para echarse una siestecita, aún más teniendo en cuenta la hora, puesto que el partido había comenzado a las nueve de la noche... Seguro que la familia Telerín estaría ya en el séptimo sueño.

La somnolencia nos llevó a la relajación, caldo de cultivo ideal para los accidentes, por lo que, en el minuto siguiente, el espigado Uge, zagal con buena planta y buen talle de la cantera alcarreña, y buenas dotes interpretativas para la tragicomedia (escenificada en singular pupa fingida que sanó milagrosamente cuando lanzamos el balón fuera, reiterando la estupidez de partidos anteriores, pues siempre acabó demostrándose que no había motivo alguno para apelar a la deportividad pues tan sólo era ñoñería vil del contrario), no desaprovechó la ocasión para recortar la diferencia. A continuación, en ese par de minutos tontos que debemos aprender a evitar, pues se vienen repitiendo con demasiada frecuencia, la situación se complicó alarmantemente, ya que Fernando -destacado ala brasileño- nos clavó un par de chicharritos que contrajeron la diferencia hasta la mínima expresión.

Del 5-1 al 5-4 en sólo 3 minutos y a falta de 6 minutos tan sólo para el final. El Gestesa se permitía el gran lujo de soñar con dar la campanada en el inexpugnable bastión del actual campeón. Incluso, en plan envido-total, a falta de 3 minutos se disponía a jugárselo todo a una carta, poniendo en pista al portero-jugador, cuando Wilde, aprovechando el gran trabajo de pivot que Vinicius tuvo que hacer para suplir la ausencia de Bácaro -convocado para unas pachangas con la selección italiana, ¡manda óvalos calcáreos!- apareció para rebañar el gol de la tranquilidad, segundo en su particular cuenta goleadora de la noche y primero de ese triplete final que habría de realizar él solito, en respuesta al que nos había endosado el rival unos minutos antes. De tres en tres.

Misión cumplida: victoria para volver a sumar también de 3 en 3, marcador más que aparente (8-4) y el personal contento para casa. Imagino que incluso los hombres de Joao Carlos Barbosa deben estarlo, a pesar de la derrota, por el buen partido realizado. Y ahora a verlas venir, nuevamente como líderes provisionales a la espera de los resultados del resto de la jornada.

Sábado 21
El segundo acto de esta octava jornada, cual sucesión armónica y cadenciosa de un pentagrama repleto de octavas musicales, inesperadamente nos ha sonado a música celestial, porque, ¿quien iba a imaginar que, nuevamente, Torrejón conseguiría derribar al gigante verde? Así presentados, más que un equipo de futbol sala estratosférico diríase una marca de espárragos, ¡qué cosas!... En lugar de tomarse la revancha por la afrenta deportiva que supuso la derrota por 6-2 en la final del torneo de la Comunidad de Madrid, Interviu volvió a tropezarse con esa molesta piedra que ya se han encontrado en el zapato otros conjuntos potentados esta temporada, papel encarnado por el correoso conjunto del mecenas, presidente y entrenador José Carnicer. Ninguna de las 3 ventajas con las que llegaron a contar los chicos de los espárragos fue definitiva, ya que los de Torrejón, no sólo consiguieron anularlas una tras otra sino que, con la reciente demostración que brindó el pasado martes El Pozo de que la portería de Interviu no es inexpugnable, y golpeando con sus propias armas, en el mágico minuto 33 consiguieron darle la vuelta con dos goles consecutivos del jóven pivot madrileño Sergio que certificaron el 4-3 final.

Nuestras más sinceras felicitaciones al equipo torrejonero (que, además, cuenta en sus filas con un jugador criado en la cantera de El Pozo, Jesús García, el año pasado en Albacete), por el cual, y por la demostrada rivalidad que compartimos contra la bestia verde, ya he comentado en alguna otra ocasión que sentimos un especial aprecio, pero mucho cuidado con esta etiqueta de "matagigantes", ya que son varios los ejemplos en otros tantos deportes de equipos que, desde la modestia, y a lo largo de una temporada se especializan en doblegar a los primeros de la clasificación dejándose sorprender por equipos de su particular liga por evitar el descenso, lo cual termina trayendo siempre resultados funestos.

Además, el empate en Zaragoza entre los locales y el Caja Segovia (¡a seis goles!), vuelve a maniatar, por segunda semana consecutiva, tras el tropiezo en casa de la pasada jornada ante Lobelle, las aspiraciones castellanas en la clasificación. Recordemos que llegaron a ser terceros hace casi nada, y ahora se las tienen que ver con el abundante tráfico en la zona media-alta de la tabla. En cuanto al partido en si, sin entrar a detallar todos y cada uno de la docena total de goles que estuvieron muy repartidos (salvo los 3 de Justo Cáceres para el DKV), ambos equipos llegaron a tener el partido claramente encarrilado: el Caja Segovia con un 1-4 a favor en el minuto 14 de la primera parte, y los maños con un 6-4 a falta de tan sólo 3 minutos para el final. Tal vez por eso mismo el empate pueda llegar a considerarse justo, aunque recibir el tanto final a sólo 6 segundos del final (Lin para los segovianos), siempre sea un duro golpe.

Interesante e igualada también la victoria final del Móstoles (el equipo que recibe la bocanada de aire esta semana) ante el Azkar Lugo por 4-3, con un doblete goleador por conjunto (Javi Limones y Fernandinho respectivamente), dado que se dieron alternativass en el dominio del electrónico que mantuvieron la tensión hasta el mismo final.

Los otros 2 encuentros mostraron una mayor diferencia en el resultado final, aunque por distintas razones: el Benicarló (que recupera la privilegiada tercera plaza) goleó al MRA (5-0), aunque el resultado, fruto del mayor acierto local en la segunda parte, resulta engañoso en cuanto a los méritos de unos y otros, mientras que el Martorell, que se "afianza" en la última posición, sufrió un nuevo batacazo (1-6). Esta vez Sito Rivera aguantó en casa el chaparrón de su anterior equipo, el equipo de los 3 Sergios (Alonso, Gama y Rivero). Todos los goles cantonales confeccionados en la primera parte, donde los locales bailaron al son de los chicos Mediatis de Cartagena. La falta de puntería y pegada de los locales resultó bastante evidente dado que el único gol que honró su casillero fue realizado en propia puerta por un jugador visitante cuando el partido expiraba. Suena casi a regalo de consolación.

Y como el que no se consuela es porque no quiere, ¡consuélese usted, huidizo señor hermano de nuestro infatigable Vinicius, porque recupera la primera posición de la tabla de goleadores!... Eso si, empatado con la "W" del área: maese Wilde. Mañana más.