LA TEMPORADA DE ELPOZO MURCIA TURÍSTICA ANALIZADA DESDE LA GRADA. ¡¡ PASIÓN CON RIGOR !!

1.12.06

JORNADA 13 - Se amontona el trabajo

A veces pienso que más que la liga de fútbol sala, El Pozo Murcia está disputando una especie de competición de rafting, con este calendario tan alocado, con tanto partido entre semana, e inmersos como estamos en tal disloque competitivo. Pero como estamos todos un poco majaras ya, ¿dónde hay que firmar para que siga esta bendita locura? ¡Ojalá nos quedemos sin fechas para festejar todos los títulos que tenemos al alcance este año!

El pasado miércoles, con motivo del inminente desplazamiento internacional a Budapest (primero de la temporada), para la disputa de la fase élite de la copa de los champiñones y buscar la clasificación para la ansiada y definitiva fase final, nos tocó adelantar el partido de la 13ª jornada en Benicarló.

Tal y como comenzó el partido, por primera vez esta temporada me puse en plan pesimista y llegué a pensar en la derrota como un resultado probable. Las iniciales ventajas de las huestes dirigidas por Miki (2-0 y 3-1 llegamos a ir perdiendo), unidas al habitual atrangantamiento que sufrimos en la costera localidad castellonense desde que Benicarló es equipo de honor y la posibilidad de que el subconsciente del equipo estuviera ya de viaje por Centroeuropa, pintaban muy oscuro el panorama.

Además, teniendo en cuenta el oscurantismo informativo al que nos sometió Onda Regional, el único medio radiofónico que suele transmitir todos los encuentros de El Pozo, al no radiar el partido (¡oye, qué naif me ha quedado eso de "radiar" el partido! ¡suena como a nodo o a algo antiguo!), estuvimos en ascuas y desgastándonos las uñas ese nutrido grupo de adeptos a la religión pocera, entre los que me considero muy honrosamente incluido.

Finalmente, a pesar del suspense, la máquina roja se puso a pintar líneas y trazó una nueva victoria, con una ajustada remontada, fraguada tal vez sin desempaquetar el mejor juego, que confiamos en que hayan reservado para el Sportarena de Budapest, y con la inestimable ayuda del gran arquero Leandro. Bueno, lo de "gran" siempre será calificativo que se ajustará a la pura realidad: Leandro es grande. Tal vez mucho en ocasiones. Y también son grandes sus manos (para parar y para pegar si hace falta, o si no la hace). Algunos dicen que hasta es gordo, pero a mí esas apreciaciones de masa corpórea, me parecen excedentes en el mundo del deporte y del respeto. Uno es como es, aunque comiéndose con patatas un par de golitos tras sendos disparos lejanos de Joel primero (3-2) y Vinicius para culminar la remontada (3-4), según evidencian las imágenes de la tele, no digo yo que no se pueda engordar, lo mismo que el ojo del amo engorda el ganado. Los otros 2 tantos los habían firmado Kike (2-1) en la primera parte, y Fran Serrejón el del empate a tres.

Precisamente porque no quiero engordar a nuestro "ganado" de jugadores, y por lo que cuentan las crónicas del día después, es por lo que considero que este partido se podía haber ganado o perdido, pero en todo caso no pasa de ser una batalla más, no la guerra. Es importante haber salido vivos; incluso reforzados diría yo, porque victorias así, de las de tener fé y el habitual ejercicio de entrega y sacrificio son las que consolidan el espíritu de un guerrero nato, siempre que no se duerma en los laureles de la victoria. Y de eso sabemos mucho, porque somos guerreros, lo mismito que decía la canción de Coz, uno de los grupos españoles de rock duro de mayor éxito en los ochenta.

Bonita metáfora esa de la coz, sobre todo por lo del duro golpe que le supuso a Benicarló la derrota 3-4. Esa misma tarde, el Sevilla se comía unos suizos en la UEFA (0-4). Sacar a colación a los de Juande Ramos considero que es bastante apropiado: basta con repasar la plantilla del equipo hispalense, que se codea con el mismísimo Barsa de hierba en los primeros puestos de la clasificación, para ver que no tiene estrellas entre sus filas, sino un conjunto perfectamente hermético, sin vías de agua, impermeable, que defiende con todo y que cuando dice de sacar el directo a la mandíbula del contrario con su fino arte, deja ko al más pintado.

Si me lo permitís, estimados, queridos y sufridos seguidores de este mi rinconcito de expansión, mi Pozo es todo eso que pienso del Sevilla y mucho más. Nuestras estrellas son esas lucecitas que puedes contemplar en la pista moviéndose a la velocidad de la luz visitiendo la elástica charcutera. El mayor brillo lo dan cuando se juntan a celebrar la culminación cooperativa del gol.

Confío en que la próxima semana iluminemos ambas orillas del Danubio en su tranquilo discurrir atravesando la capital húngara, y que el paso de la expedición murciana sea tan recordado deportivamente en el futuro como lo fueron el paso de Anibal o de las tribus magiares.

Nosotros estaremos allí. De lo que podamos disfrutar o sufrir allí, vivir en definitiva, os daré buena cuenta a la vuelta. A ver si le ponemos todos los "tojás" necesarios y les tenemos que hacer un "emlékmú" a cada uno de nuestros gladiadores.

Jó estét kivánok (*)

(*) significa buenas tardes en húngaro, idioma que es casi tan difícil de aprender a estas alturas como para los árbitros debe ser ponerse de acuerdo en aplicar el mismo criterio.